La celebración se repite cada 12 de octubre en el centro de Madrid, pero nada resulta igual. Permanecen la nación y su bandera, el Rey y los...
La celebración se repite cada 12 de octubre en el centro de Madrid, pero nada resulta igual. Permanecen la nación y su bandera, el Rey y los Ejércitos, el himno y el sentimiento patriótico, un paisaje al que la clase política, ahora en precampaña, se empeña en añadirle matices. La inminente sentencia del procés o la exhumación de los restos de Francisco Franco conforman el atrezo de una celebración a la que este año regresa la representación regional de Navarra -ausente durante el mandato de Uxue Barkos- y de la que se ausentan, como es costumbre, los presidentes de Cataluña y el País Vasco para marcar territorio y hacer de su desprecio a la nación un rasgo más de su supuesta superioridad territorial. El paseo de la Castellana se viste de domingo para acoger en sábado el acto central de una Fiesta Nacional que vuelve a celebrarse a la sombra del desafío separatista, latente desde la Generalitat catalana, y a la luz de la respuesta con que el Estado de Derecho garantiza las libertades de todos, sin exclusiones.
by via España
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