Como «muy preocupante» reconoció ayer el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, que es en estos momentos la situació...
Como «muy preocupante» reconoció ayer el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, que es en estos momentos la situación del mercado exterior. Y es que a la incertidumbre sobre cómo será finalmente el Brexit -si duro o blando- que en unas semanas sacará al Reino Unido de la Unión Europea se unen ahora los aranceles que Estados Unidos aplicará a algunos productos europeos. Y ahí, Castilla y León tiene un «importante» mercado, además en «expansión», por lo que ese mayor coste que supondrá a los consumidores hacerse con mercancías llegadas desde el otro lado del Atlántico ha hecho encender algunas alarmas en la Junta. «Es evidente que hay que tomar medidas al respecto» y adoptar acciones «de contingencia», reconoció ayer el portavoz, quien avanzó que están previstas reuniones con el sector de cara a abordar cómo afrontar esta nueva situación. Los productos agroalimentarios a los que el Gobierno de Donald Trump aplicará aranceles del 25 por ciento a partir del 18 de octubre son los principales afectados y los que «preocupan» en la Junta. No en vano, suponen un valor de 64 millones de euros entre las 22 secciones, destacando especialmente los vinos, que acaparan casi un tercio de lo que Castilla y León vende a Estados Unidos. Es, además, el capítulo que más ha aumentado en los últimos años, pasando de los casi 17,8 millones exportados en 2014 a los más de 20,3 millones del pasado ejercicio. Con más de 13,3 millones, cereales y productos de pastelería son los segundos productos que más cruzan esa aduana, seguidos de las carnes y despojos comestibles, por valor de 6,25 millones. El país norteamericano, un mercado «prioritario», acaparó el pasado ejercicio el 11% de las exportaciones de vinos producidos en la Comunidad, con más de 2,3 millones de litros comercializados allí. En el cómputo total, hay más de un millar de empresas castellano y leonesas que operan con EE.UU. Vino lo que más A esos 64 millones exportados en productos agroalimentarios a los que ahora se les pone un poco más difícil y costoso abrirse camino hay que unir el posible encarecimiento que también supondrá la venta al Reino Unido una vez que abandone la Unión Europea. El año pasado, las exportaciones a la isla por las 452 empresas que tenían clientes británicos superaron los 1.300 millones, con la automoción y la agroalimentación como industrias más potentes. En el sector vitivinícola ven con preocupación, pero también con una llamada a la cautela los aranceles del país que gobierna Trump. Denominaciones como Ribera del Duero, Rueda y Toro tienen allí un mercado importante y en expansión en el que el esfuerzo e inversión para ganar presencia puede verse frenado. Para Ribera es su tercer mercado en el exterior, allí vende una de cada cinco botellas que sacan «pasaporte», de ahí su preocupación por este «palo en la rueda».by via España
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