San Sebastián Mártir: Una parroquia cargada de historia

San Sebastián Mártir en San Sebastián de los Reyes, centro histórico, casco antiguo, aneja a la plaza del Ayuntamiento de una población que ...

San Sebastián Mártir en San Sebastián de los Reyes, centro histórico, casco antiguo, aneja a la plaza del Ayuntamiento de una población que hace treinta años contaba con poco más de dos mil habitantes y ahora tiene ciento cinco mil aproximadamente. Tres son los focos de interés de esta comunidad: la historia de la parroquia, que es la historia de la población, la vida de fe y de culto, y la personalidad del párroco, un sacerdote de 84 años, don Santiago Pilar Martín, de recia formación en el Seminario de Comillas, La Cardosa, y de no poca ascendencia moral para un grupo numeroso de clero joven. Para las labores parroquiales acompaña a don Santiago el sacerdote Manuel Sánchez-Galindo Mas. Vayamos a la historia. Sintetiza don Santiago, con datos que además aparecen en un dinámica página web, que en 1492 se funda San Sebastián de los Reyes junto a una ermita dedicada a San Sebastián situada en el llamado Cerro del Égido. Ya en 1496 los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, firman una provisión real para recaudar fondos que sufraguen la ampliación de la ermita; y en 1501 los vecinos de la nueva población se dirigen al arzobispo de Toledo para «que dé, si es posible sin perjuicio de tercero, licencia para tener clérigo que les diga misa y administre los sacramentos». En guerra fue almacén Como respuesta a esta petición, el 27 de noviembre de 1508 se realizó la solemne bendición de la iglesia por Fray Juan de Bustamante, obispo de Acadia, procediéndose a la lectura de una carta del cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, y con la presencia de los regidores de Madrid. El nombre de la villa, San Sebastián de los Reyes, responde al patrocinio celestial del santo mártir y al terreno de los Reyes Católicos. En la azarosa vida de esta parroquia hay que destacar los sucesos relacionados con la Guerra Civil, en la que el templo se convirtió en almacén de intendencia y en la que fueron quemadas todas las imágenes. Pero la reconstrucción, y las posteriores intervenciones, han convertido a esta iglesia de estilo mudejar y planta basilical, con imágenes de la escuela de Salzillo y de Juan de Juni, en uno de los templos más apreciados de la arquitectura histórica madrileña. A estas joyas, entre las que se encuentra una pintura primigenia de la Virgen de la Paloma, procedente de la iglesia de san Felipe Neri, hay que añadir el reclinatorio de mármol de la capilla del Santísimo, todo ello de un cuidado y estilo exquisito, y la imagen del Cristo de los Remedios, talla del escultor Foret, que sustituye a una barroca desaparecida en la contienda fratricida. A estas joyas hay que sumar el museo histórico, que se encuentra en la sede del edifico parroquial, con la exposición de un Terno Rico, quince piezas de sedas planas naturales, datadas en 1645 y de factura de los talleres reales de la mano de Antonio de Arce. Diseño barroco de motivos animales y florales de vivos colores, con leones coronados y un centro, la Virgen Nuestra Señora de la Paz y la simbología del arzobispo de Toledo. Movimiento cofrade La parroquia tiene una vitalidad especial en torno al movimiento cofrade, a la Hermandad del Santísimo Cristo de los Remedios, que cuenta con más de mil cofrades, y de la Hermandad del Rocío, con un número considerable también de hermanos. La Cofradía del Cristo de los Remedios, además de los actos de culto y de formación, desarrolla una labor asistencial diaria en el comedor social de la Hermandad, con medio centenar de almuerzos cada día. Y la Hermandad del Rocío centra su servicio de caridad con los donativos, cuantioso por cierto, a instituciones de caridad como el Cottolengo. La Caritas parroquial trabaja también en coordinación con estas iniciativas atendiendo las necesidades de las personas procedentes de la inmigración que se acercan a la parroquia, no pocos venezolanos últimamente. También hay que destacar la catequesis, con los trescientos niños y jóvenes en el proceso de iniciación cristiana, la Escuela de Familias, el grupo de matrimonios jóvenes, las visitadoras de los enfermos, la Legión de María, la Asociación de la Medalla Milagrosa –con la imagen de la Virgen rotando por las casas– y la Adoración Nocturna. Notas para una partitura que tienen como responsable a don Santiago, un sacerdote de alma y cuerpo enteros.
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