La guerra civil siria ha dejado un reguero de miles de muertos, millones de desplazados e innumerables dramas humanos como el que vive en Áv...
La guerra civil siria ha dejado un reguero de miles de muertos, millones de desplazados e innumerables dramas humanos como el que vive en Ávila el matrimonio integrado por Mohamed Kheir Alali, de 70 años, y su esposa Charifa Hamou, de 68 y muy enferma tras haber sufrido dos infartos. El pasado lunes recibieron en su más que modesta casa la visita de la Policía para entregarles un requerimiento por parte del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Ávila en el que se les comunica que en el plazo de diez días deben abandonar el inmueble o abonar las cuotas de un alquiler que ya no pueden afrontar. Desde hace un año carecen de recursos y malviven gracias a la generosidad de algunos vecinos de su entorno, entre los que se encuentra su compatriota Ricardo Massen, que, natural de Damasco, lleva viviendo en España tres décadas y durante el encuentro hace las veces de traductor. «Sin su ayuda y la de otras personas, no estaría vivo», asegura en declaraciones a la Agencia Efe Mohamed entre un mar de papeles sobre la mesa del salón de una modesta casa, cuyo frigorífico se encuentra prácticamente vacío, según muestra el matrimonio. Situación desesperada La situación del matrimonio es desesperada, porque a la falta de ingresos se le suma la frágil salud de Charifa, que tampoco puede pagar la docena de medicinas que se tiene que tomar a diario, después de haber sufrido dos infartos, uno en Alepo, su ciudad de origen, y otro en Atenas, cuando estaban en un campo de refugiados. «¿Algún español puede vivir diez meses sin recibir ni un duro?», se pregunta la mujer entre lágrimas y con dificultades para respirar, a la vez que implora «ayuda económica» o que les puedan destinar a «otro país» para poder salir de un infierno que comenzó cuando salieron en 2015 de Siria. Lo hicieron en dirección a Macedonia con el penúltimo de sus cinco hijos, Bassam, mientras que los otros cuatro «no quisieron salir» de su ciudad, la en otro momento floreciente Alepo. Cuatro hijos fallecidos Esa decisión les costó la vida, ya que en uno de los intensos bombardeos sufridos por esa gran urbe, su casa quedó destrozada y los cuatro hermanos murieron, al igual que miles de ciudadanos de aquel país. El matrimonio y su hijo conocieron la horrible noticia cuando se encontraban en un campo de refugiados de Atenas, donde durante un año vivieron «bien», según señala Mohamed, antes de relatar cómo alguien relacionado con Cruz Roja, según dice, les convenció para trasladarse a España. Este hombre, que también tiene problemas de salud, lamenta haber creído la promesa de cinco años en los que su mujer, su hijo, que también tiene tres hijos, y él, iban a «vivir mejor». Sin embargo, lamenta que no haya sido así pronunciando una contundente frase: «Si yo hubiera sabido que iba a pasar esto, me quedo en Siria con la guerra. Habría sido más fácil». EFE Según asegura Charifa, en su país, donde su marido trabajaba como funcionario, vivía «como una reina» hasta que estalló la guerra y tuvieron que marcharse. Tras pasar por Grecia, este matrimonio llegó desde Madrid a Ávila el 28 de diciembre de 2016 y, tras permanecer medio año en una casa pequeña de Cruz Roja, se trasladaron a su actual vivienda, situado en un barrio de la zona sur de la capital abulense. Al principio, con los 900 euros de ayuda mensual de Cruz Roja pudieron afrontar con dificultades el pago de los 450 euros del alquiler, la compra de las numerosas medicinas que necesita la mujer, así como adquirir la comida y pagar los gastos ordinarios de una vivienda. Sin embargo, hace aproximadamente un año esos ingresos dejaron de llegar, y el matrimonio se vio obligado a vender por 12.000 euros una tierra en Siria que valía mucho más, ante la necesidad de poder afrontar el día a día en Ávila. Ese dinero también llegó un momento en el que se agotó, lo que hizo que Mohamed y Charifa dejaran de pagar la luz y el alquiler que ahora les reclama su casero. Por eso, el lunes recibieron la comunicación de desahucio por parte de la Policía para que, en un plazo de diez días que expira el próximo jueves, abandonen la vivienda en la que viven desde hace algo más de tres años en Ávila. Ante esta situación, el matrimonio sólo pide una ayuda para que los peores presagios no se cumplan.by via España
COMMENTS