Galicia encadenó ayer una nueva jornada negra para el monte, donde la actividad incendiaria se alió con los fuertes vientos que azotan la Co...
Galicia encadenó ayer una nueva jornada negra para el monte, donde la actividad incendiaria se alió con los fuertes vientos que azotan la Comunidad para seguir arrasando hectáreas. Llegada la noche, y tras dar por controlados la mayoría de los focos, eran unas 900 las hectáreas de superficie quemadas en cuestión de dos días. El único fuego que permane activo es el de Fisterra, uno de los dieciséis que se declararon en la madrugada del viernes según expuso el director xeral de Defensa do Monte, Tomás Fernández Couto. «El viento alienta la alta probabilidad incendiaria de los delincuentes que se dedican a esta actividad con tintes homicidas, ya que la propagación de las llamas se ve muy favorecida por el viento y la pendiente de los terrenos» expuso ayer Couto en una entrevista en Radio Galega. Para el responsable autonómico, no hay duda de que los causantes de los incendios son «grupos de personas» que actúan cerca de donde viven y utilizan el fuego para «acabar con la vegetación de una forma delictiva» por distintos intereses, pero —espera— «que nadie ponga en duda que todas las personas responsables darán cuenta a la justicia de lo que están haciendo». Al mismo tiempo que las investigaciones para dar con el origen de los fuegos avanzan, los efectivos de la lucha contra el fuego siguen afanándose en el control de las llamas. El Fisterra, donde se localizó el incendio más voraz del día de ayer, efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) colaboraron con las brigadas que por tierra y aire luchaban para evitar que el monte siguiese ardiendo. El último parte emitido por Medio Rural estimó en unas 120 las hectáreas quemadas en Fisterra en poco más de doce horas. El fuego comenzó a las 1,17 horas en la parroquia de Sardiñeiro con varios focos, y en su control trabajaron además cuatro agentes, doce brigadas, ocho motobombas, dos palas, seis helicópteros y cuatro aviones. Además se desplegaron dos aviones anfibios de alta capacidad, uno de la base de Santiago de Compostela y otro de Salamanca. Bajo control En Porto do Son, también en la provincia de La Coruña, se dio por controlado el fuego que desde el jueves de madrugada mantenía en vilo a los vecinos de la localidad. El primer cálculo habla de unas 90 hectáreas de superficie arrasadas y llegó a alcanzar Portosín. El intenso trabajo a pie de monte también consiguió cercar las llamas en Monforte de Lemos (Lugo), epicentro del peor incendio forestal de la temporada. En este caso, el saldo de hectáreas afectadas se disparó hasta las 430, lo que da cuenta de las dimensiones del foco. En Orense, otra de las provincias donde las llamas hicieron acto de presencia tras un verano benévolo, las brigadas lograron estabilizar el fuego en Lobeira, donde ardieron 85 hectáreas dentro del Parque Natural del Xurés. Además, se dio por controlado el de Cenlle, que quemó un total de 45 hectáreas. La buena evolución en las áreas elegidas por los incendiarios no zanja la situación, que sigue siendo de peligro debido a la previsión meteorológica para el fin de semana. Sin noticias de las precipitaciones y con rachas de viento que podrán alcanzar los 40 kilómetros por hora, todas las alertas siguen activadas «por riesgo extremo» al menos hasta la jornada de mañana. Sobre el funcionamiento de los drones, uno de los mecanismos de control del monte que Galicia estrenó en esta campaña, el director xeral explicó que estos aparatos que sobrevuelan la superficie forestal «no dan resultados en horas», pero que ayudan a las brigadas a «aumentar el control del territorio» durante cualquier etapa del año y vigila también la actividad de gestión de la biomasa. Respecto a esta última labor, Couto destacó ayer la importancia de desbrozar las fincas por parte de sus propietarios para crear barreras naturales. Sin viviendas afectadas Pese a la velocidad con la que las llamas se propagaron estos días, ningún incendio llegó a afectar a viviendas. Sí fue preciso desalojar una parroquia en Monforte por razones de seguridad, pero sus vecinos pudieron regresar a sus domicilios a las pocas horas. Desde la Xunta defienden la eficacia de los medios desplegados y el secretario general del PP gallego, Miguel Tellado, reivindicó ayer el buen hacer del operativo antiincendios, al tiempo que pidió «no hacer política» con los incendios forestales.by via España
COMMENTS