La celebración de las elecciones generales paralizará hasta después del 10 de noviembre la vida interna de la mayoría de partidos valenciano...
La celebración de las elecciones generales paralizará hasta después del 10 de noviembre la vida interna de la mayoría de partidos valencianos. Una vida no poco agitada en el caso de algunos como el PPCV, que se encuentra a la espera de convocar varios congresos que desatarán una batalla por los liderazgos. El de la provincia de Valencia, de hecho, estaba previsto en principio para este otoño, pero todo tendrá que esperar debido a los comicios. Lo que pueda ocurrir en ese cónclave resulta una incógnita. En el partido dan por hecho que se presentarán varios candidatos, pero los nombres que se consideraban seguros hace unos meses ya no lo son tanto. La causa es que el futuro del presidente de la gestora y portavoz en la Diputación de Valencia, Juan Ramón Adsuara, se encuentra en el aire. Cuando cogió las riendas del órgano, manifestó que su intención era tratar de hacerse posteriormente con las del partido. Una candidatura que en principio iba a contar con el aval de Génova. Sin embargo, ni su voluntad ni las de las direcciones nacional y regional -con la cual no mantiene buena relación- quedan claras de momento, puesto que hay quien apunta que tanto su propósito como el de Madrid ya no es el mismo. Y esto se podría extender a la Diputación. El grupo popular en la corporación provincial ha vivido desde el inicio varias tensiones, desde la elección de los diputados hasta la de los asesores (que es posible que no se mantengan de manera definitiva). Ello se une a que existen voces que cuestionan el papel de Adsuara durante la campaña. Un cúmulo de factores que provocan que su continuidad como portavoz, según algunas fuentes, esté en el aire. No habrá movimientos, en todo caso, hasta después de las generales. La elección en ese cargo fue posible porque contaba con apoyos dentro del grupo, aunque el principal escollo para configurar el equipo fue Javier Montero, quien trató de tener la portavocía. Pese a que era considerado un «cunero» en Picanya, se trataba a su vez de alguien muy cercano a Luis Santamaría y mantiene una relación personal con Pablo Casado. La apuesta de la dirección regional para sustituir a Adsuara podrían ser Vicent Mompó (alcalde de Gavarda) o Carlos Gil (alcalde de Benavites). Hasta principios de 2020 En cuanto al congreso, si se quiere evitar la guerra habría que apostar por un candidato de consenso, algo que no se sabe si será posible. Antes del verano empezó a circular la posibilidad de traer a la diputada nacional y presidenta del Comité Electoral del PP Belén Hoyo -persona de máxima confianza de Casado-, aunque sus aspiraciones siempre se han situado más en Madrid. El nombre que suena por parte de Isabel Bonig es el de la parlamentaria autonómica Elena Bastidas, aunque por el momento (y a la espera de que todo ocurra) sus ambiciones parecen alejadas de la primera línea orgánica. Y quedará también por comprobar qué hará Vicente Betoret, quien sigue moviéndose en la provincia y podría querer lanzar a alguien cercano como Carlos Gil. Los plazos para los procesos internos, por tanto, se alargan hasta comienzos del próximo año según fuentes del PPCV. Y quedará por decidir igualmente el orden, ya que hace varios meses se especulaba con la posibilidad de que el congreso regional (previsto para 2021) pudiera adelantarse para sustituir a Isabel Bonig. Ella siempre ha mantenido su voluntad de volverse a presentar pese a los roces con Madrid, aunque desde su entorno destacan que nunca hará nada para perjudicar al partido. Génova habrá de resolver.by via España
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